Alumnos Internacionales UM
 
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Xenia Schroeter

Universidad de Trier, Alemania
Xenia nos habla de sus primeras y últimas impresiones sobre su estancia en Uruguay, y de lo que ha adoptado para sí misma en este viaje.




Me llamo Xenia y soy estudiante extranjera de Alemania, de la Universidad de Tréveris (Trier) en el suroeste de Alemania. Allá estudio Filología Española, Antropología e Historia. Pero acá en la UM estoy cursando un semestre en la Facultad de Comunicación. Estoy en Uruguay desde agosto del año pasado, así que ya tuve mucho tiempo para conocer Montevideo y Uruguay. Y casi directamente cuando llegué, me encantó este país. Como crecí en el norte de Alemania cerca del Mar del Norte, por supuesto me encanta la cercanía al Rio de la Plata. Para mí, la construcción de la Rambla es como una de las mejores ideas jamás realizada. No solo la Rambla sino todo el paisaje de la costa uruguaya es re-lindo.

He viajado por toda la zona costanera y especialmente me encantaron Valizas y Cabo Polonio. Por la tranquilidad que se puede disfrutar allá en particular – como en todo el país –, por la gente, por el camino hasta Cabo Polonio, por todo.  También viajé por otros países de Sudamérica y Uruguay con su tranquilidad de vida ha sido lo mejor para mí. No es tan agitado como Buenos Aires, tiene mucho menos smog que Santiago de Chile, es más relajado que las ciudades de Brasil y más lindo y limpio que La Paz.

Acá aprendí a tomar la vida “como venga”, disfrutarla con un mate en la Rambla con muy buena gente de todo el mundo (pues es bastante difícil meterse en las amistades uruguayas) que no quisiera renunciar a ellos y a las varias momentos que pasamos ahí (aun así no entiendo por qué se va a la Rambla para quedarse en un auto y tomar mate adentro…).

 Además fue algo completamente nuevo para mí pasar Navidad y el fin de año en verano, sin frio, sin nieve o por lo menos helada. Y no conocí antes las “guerras” de Medio y Medio, o Cidra, o agua – lamentablemente no creo que pueda importarlas a Alemania. Esto sólo es una de las varias diferencias con mi país, junto con la costumbre de celebrar carnaval (los tablados grandiosos, el fantástico Candombe), la mentalidad de estudiar, de pasar el tiempo, la puntualidad, etc., etc.

Mucha gente me preguntó antes (y todavía muchos me lo preguntan aquí) por qué quería venir a Uruguay, y todavía no puedo responder a esta pregunta. Por un lado fue casualidad, por otro lado intención, y aunque experimenté situaciones y cosas negativas también, todo lo que conté antes son razones simpáticas y tan especiales que  me llevarían a hacerlo de nuevo. Y siempre voy a pensar en mi año acá cuando escuche algo como cumbia en una discoteca y, probablemente, esperaré entonces que alguien diga: “Fa, che, pará, pará, que salado es esto!” o  “Ojo, bo, tranquilo!” 

 




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